Este encantador santuario, situado en un pintoresco pueblo, destaca por su estilo sencillo y rústico. Rodeado de montañas y una exuberante vegetación, se encuentra en un entorno natural privilegiado que ofrece una atmósfera de serenidad y belleza inigualable.
Dedicado a San Francisco de Asís, conocido como el patrón de los animales y la ecología, este lugar sagrado ha sido un importante punto de devoción para los habitantes locales durante generaciones. La historia y la tradición se entrelazan en este rincón, que invita tanto al recogimiento espiritual como a la contemplación de la naturaleza.
Para llegar al santuario, los visitantes recorren un camino que serpentea entre parajes de gran valor paisajístico, ofreciendo vistas panorámicas espectaculares que hacen de la visita una experiencia enriquecedora en todos los sentidos. Cada año, la festividad en honor al santo reúne a los vecinos en una romería que refuerza los lazos comunitarios y mantiene viva una tradición ancestral.