Este encantador pueblo, situado en una pintoresca sierra, posee una rica historia que se remonta a la época medieval. Fundado en el siglo XIII durante la Reconquista cristiana, el asentamiento fue estratégicamente ubicado en un promontorio montañoso, convirtiéndose en un importante punto de vigilancia y defensa. Su nombre, derivado de la influencia árabe, refleja la diversidad cultural que ha marcado la región.
Durante la Edad Media, el pueblo prosperó como un núcleo agrícola y comercial, beneficiándose de su posición en las rutas de comunicación locales. Sus murallas y torres defensivas, construidas para proteger a sus habitantes de invasiones, jugaron un papel crucial en la defensa del territorio.
A lo largo de los siglos, el pueblo ha mantenido su carácter tradicional, con callejuelas empedradas y edificios antiguos que cuentan historias de su pasado. Hoy en día, sigue siendo un lugar de interés cultural y turístico, donde la historia medieval y el paisaje natural se entrelazan, ofreciendo a los visitantes una experiencia única y evocadora.